Luego de un periodo de volatilidad e irregularidad, los ojos de los inversores y analistas de mercado se han posado una vez más en el andar de las monedas digitales. Con cada vez más personas invirtiendo e ingresando en este sector, el 2022 puede ser un año clave para lo que vendrá en torno a las criptomonedas, con un valor que puede dispararse al alza o hundirse a la baja. ¿Qué dicen las dos grandes proyecciones?
Hoy en día es más que habitual encontrar a un conocido o ser querido invirtiendo en el mundo de las criptomonedas. Ya sea que estemos haciendo referencia a la más popular de todas, como es el caso de Bitcoin, o a la segunda en importancia, que es Ethereum, encontraremos que el nivel de operaciones ha ido en aumento de forma exponencial en los últimos años.
Más aún, si comenzamos a contar desde el 2020, cuando la pandemia de Covid-19 sorprendió a todo el mundo e impactó de lleno en las finanzas personales y globales. En medio de ese clima recesivo, muchos rubros financieros fueron a la baja, pero las criptomonedas pudieron sortear la crisis y lograr rendimientos históricos que las depositaron en el centro de la escena.
Sin embargo, muchos pronósticos apuntaban a que Bitcoin lograría llegar a los USD 100.000 para fines de este año, cifra que contrasta con la realidad: hoy en día, la más importante de las monedas digitales opera apenas por debajo de dicho valor. Lo cierto es que el 2021 ha sido un año mucho más irregular de lo esperado para estos activos financieros, por lo que el 2022 puede ser un periodo bisagra tanto para el alza o para la baja.
Dentro de los sectores más optimistas dentro de este mercado, encontraremos que si bien la proyección de las seis cifras ha quedado lejos de concretarse, simplemente se trata de una demora que se realizará por completo en 2022, llegando así los tan ansiados USD 100.000 para Bitcoin, revitalizando al entorno de las criptomonedas y apuntalando el crecimiento.
Dicho pronóstico se sostiene en el ingreso de nuevos actores e inversores en el mercado, así como las distintas decisiones gubernamentales y empresariales que terminan respaldando a las criptomonedas tanto como activo financiero como moneda de pago para determinadas transacciones. En 2022, dichos usos podrían profundizar aún más.
Sin embargo, no todo es color de rosas y también podremos encontrar otro panorama mucho menos alentador para Bitcoin y el mercado en general. En mayo de 2020, la más popular de las monedas digitales descendió hasta los USD 28.000 luego de que diversos factores macroeconómicos la afectan.
Para los más pesimistas, ese escenario podría volver a repetirse si se produce lo que se llama “la tormenta perfecta”, en la que no se terminan de profundizar medidas positivas y alentadoras para Bitcoin, así como también el impacto de las nuevas cepas de Covid-19 termina siendo mucho más fuerte de lo esperado.
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